Los archivos de la Universidad de Princeton guardan una historia que ayuda a comprender la deriva totalitaria de la Revolución Cubana y la difícil lectura que hizo Occidente de ese fenómeno latinoamericano y caribeño. En abril de 1959, el primer ministro de la nueva Cuba, Fidel Castro, y su delegación se desviaron de su itinerario de Washington a Nueva York en una primera visita a Estados Unidos, organizada por la American Society of Newspapers Editors, y pasaron un par de días en la Universidad de Princeton.